Retratos de sociedad: Infancia, damas, caballeros

El trabajo de los Rodríguez no consistió únicamente en especializarse en la técnica, sino también en crear cuidadosamente el contexto y las condiciones para la toma fotográfica. Las escenografías, que en un principio eran recargadas e idealizaban la vida del retratado según sus convicciones religiosas y aspiraciones sociales, comenzaron en la década de 1920 a convertirse en austeros espacios, para cederle el protagonismo al retratado. Incluso, en las últimas décadas del siglo XX el estudio fotográfico era ya un “lienzo en blanco” en el que sobresalía el personaje.

Hoy, 130 años después del inicio de la Fotografía Rodríguez, ¿qué reconocemos en estas fotos? ¿Nos reconocemos?

Francisco Cano, 1897
Los retratos infantiles fueron frecuentes mientras existió la Fotografía Rodríguez, en especial aquellos que celebraban acontecimientos religiosos o eran recordatorios de algún octubre, aún hoy considerado el mes de los niños. Las escenografías utilizadas por los hermanos Rodríguez Márquez (Horacio Marino y Luis Melitón) eran decoradas con cámaras estereoscópicas, juguetes, instrumentos musicales y animales disecados, entre otros.

Los retratos infantiles fueron frecuentes mientras existió la Fotografía Rodríguez, en especial aquellos que celebraban acontecimientos religiosos o eran recordatorios de algún octubre, aún hoy considerado el mes de los niños. Las escenografías utilizadas por los hermanos Rodríguez Márquez (Horacio Marino y Luis Melitón) eran decoradas con cámaras estereoscópicas, juguetes, instrumentos musicales y animales disecados, entre otros.

A partir de la década de 1920, en los retratos femeninos comenzó a notarse el corte de cabello corto, aspecto que hacía ver a las mujeres "rejuvenecidas" y que también podía interpretarse como signo de emancipación, juventud y seducción.

Amelia Uribe Arango, 1932
A partir de la década de 1920, en los retratos femeninos comenzó a notarse el corte de cabello corto, aspecto que hacía ver a las mujeres «rejuvenecidas» y que también podía interpretarse como signo de emancipación, juventud y seducción.
Germán Santamaría, 1896

Esposo de Mercedes Gómez y padre de Teresita Santamaría Gómez, Germán Santamaría fue un hacendado que poseía fincas en La Pintada, pero vivía con su familia en Envigado para facilitar los viajes que debía hacer con la misión de custodiar sus negocios. Esta imagen corresponde a una tarjeta de visita con la firma de Rodríguez y Jaramillo, objeto que se encuentra en la Sala Patrimonial de la Universidad EAFIT, en el fondo de la gestora cultural Teresita Santamaría. 

Esposo de Mercedes Gómez y padre de Teresita Santamaría Gómez, Germán Santamaría fue un hacendado que poseía fincas en La Pintada, pero vivía con su familia en Envigado para facilitar los viajes que debía hacer con la misión de custodiar sus negocios. Esta imagen corresponde a una tarjeta de visita con la firma de Rodríguez y Jaramillo, objeto que se encuentra en la Sala Patrimonial de la Universidad EAFIT, en el fondo de la gestora cultural Teresita Santamaría. 

A partir de la década de 1920, en los retratos femeninos comenzó a notarse el corte de cabello corto, aspecto que hacía ver a las mujeres "rejuvenecidas" y que también podía interpretarse como signo de emancipación, juventud y seducción.

Carlos Molina, 1895

En los retratos masculinos prevalecieron las posturas de medio cuerpo, y el rostro era iluminado con mayor intensidad en un solo lado. Esta estética era conocida en la ciudad como “claroscuro”, “retrato a la Rembrandt” o “iluminación elegante”.

Ester Rodríguez, 1900

En los retratos de niñas, el espejo era usado como símbolo de identidad femenina, mientras que los niños eran retratados usando juguetes y posando como adultos. En esta época se recomendaba hacerles rizos a las niñas pequeñas y trenzas o bucles a las mayorcitas, con capul o media capul.

En los retratos de niñas, el espejo era usado como símbolo de identidad femenina, mientras que los niños eran retratados usando juguetes y posando como adultos. En esta época se recomendaba hacerles rizos a las niñas pequeñas y trenzas o bucles a las mayorcitas, con capul o media capul.

Los hombres que posaron ante el lente de Melitón Rodríguez fueron principalmente comerciantes, empresarios, literatos o poetas o personajes destacados en algún ámbito. Este retrato es del escritor Alfonso Mejía, autor del libro Vidas y empresas de Antioquia (1952), quien fue el director de la VII Exposición Nacional de Industrias, Artes y Ganadería realizada en Pereira (1938). Allí la firma Melitón Rodríguez e Hijos obtuvo un diploma de primera clase por sus trabajos en fotografía.

Alfonso Mejía R., 1915
Los hombres que posaron ante el lente de Melitón Rodríguez fueron principalmente comerciantes, empresarios, literatos o poetas o personajes destacados en algún ámbito. Este retrato es del escritor Alfonso Mejía, autor del libro Vidas y empresas de Antioquia (1952), quien fue el director de la VII Exposición Nacional de Industrias, Artes y Ganadería realizada en Pereira (1938). Allí la firma Melitón Rodríguez e Hijos obtuvo un diploma de primera clase por sus trabajos en fotografía.
María Segunda Baena, 1899
El archivo de la Fotografía Rodríguez ha permitido a las familias identificar a sus antepasados. En la imagen se ve a la tatarabuela de Gabriel Jaime Vanegas, bibliotecólogo del Archivo Fotográfico de la BPP.

El archivo de la Fotografía Rodríguez ha permitido a las familias identificar a sus antepasados. En la imagen se ve a la tatarabuela de Gabriel Jaime Vanegas, bibliotecólogo del Archivo Fotográfico de la BPP.

En los retratos de novias prevalecía la iluminación de claroscuro, cuyo fondo negro resaltaba la figura femenina que en ocasiones dejaba al descubierto los hombros y la mirada fija en las flores blancas. 
María Olózaga de Posada era una dama de sociedad relacionada desde tiempo atrás con asuntos de moda y belleza. En 1916 hizo parte del Álbum de Belleza Nacional que solía publicar la revista Cromos.

María Olózaga,1915

En los retratos de novias prevalecía la iluminación de claroscuro, cuyo fondo negro resaltaba la figura femenina que en ocasiones dejaba al descubierto los hombros y la mirada fija en las flores blancas. 
María Olózaga de Posada era una dama de sociedad relacionada desde tiempo atrás con asuntos de moda y belleza. En 1916 hizo parte del Álbum de Belleza Nacional que solía publicar la revista Cromos.

Matilde Bernal, esposa de Luis de Greiff,1927

Durante el auge de la Fotografía Rodríguez, prevalecieron los retratos de cuerpo entero, en los que la novia mostraba todo su ajuar. Ellas portaban ramos de flores y llevaban velos cortos o largos de color blanco que simbolizaban la virginidad.

En los retratos de novias prevalecía la iluminación de claroscuro, cuyo fondo negro resaltaba la figura femenina que en ocasiones dejaba al descubierto los hombros y la mirada fija en las flores blancas.  María Olózaga de Posada era una dama de sociedad relacionada desde tiempo atrás con asuntos de moda y belleza. En 1916 hizo parte del Álbum de Belleza Nacional que solía publicar la revista Cromos.

Esta imagen es llamativa no solo por la mirada de la mujer sino también porque el fotógrafo hace un acercamiento al rostro. Este estilo es poco usual en los retratos femeninos de los Rodríguez.

Rita Arango, 1930

Esta imagen es llamativa no solo por la mirada de la mujer sino también porque el fotógrafo hace un acercamiento al rostro. Este estilo es poco usual en los retratos femeninos de los Rodríguez.